Montañas Rwenzori
Emmanuel Van Heygen
Comienza el viaje
Adentrarse en las Ruwenzoris es embarcarse en una odisea de autodescubrimiento y asombro. Desde el momento en que uno pone el pie en el húmedo suelo del bosque cubierto de musgo, se tiene la abrumadora sensación de retroceder en el tiempo.
Al ascender las primeras cuestas, la prístina selva tropical nos envuelve. Antiguos y enormes helechos bordean el sendero, mientras que, por encima, el dosel entrelazado proyecta sombras borrosas. El aire fresco de la montaña está impregnado del aroma de la tierra húmeda, una mezcla embriagadora que nos recuerda la esencia imperecedera de la naturaleza.
Ojos bien abiertos: La búsqueda se intensifica
Aunque nuestra misión es singular -buscar y comprender a los escurridizos camaleones de estas montañas-, los propios Ruwenzoris son distraídamente magníficos, y cada pocos pasos revelan maravillas. Pero los camaleones son maestros del engaño y no sólo son difíciles de detectar, sino que también representan los profundos misterios de la montaña. A medida que peinamos los helechos y atisbamos entre la espesura, la emoción de la persecución se intensifica.
Ojos bien abiertos: La búsqueda se intensifica
Aunque nuestra misión es singular -buscar y comprender a los escurridizos camaleones de estas montañas-, los propios Ruwenzoris son distraídamente magníficos, cada pocos pasos revelan maravillas. Pero los camaleones son maestros del engaño y no sólo son difíciles de detectar, sino que también representan los profundos misterios de la montaña. A medida que peinamos los helechos y atisbamos entre la espesura, la emoción de la persecución se intensifica.
Eureka: El primer encuentro
Sucede el segundo día, justo cuando se levanta la niebla matinal, revelando el tapiz dorado y verde de los bosques que hay debajo. Un ligero movimiento en un helecho arborescente llama la atención, un sutil cambio en el patrón. Y allí, bellamente camuflado contra el telón de fondo, está nuestro primer camaleón, el camaleón de Jackson (Trioceros jacksonii). El camaleón, con su movimiento escalonado y su exquisito juego de colores, muestra la creatividad sin límites de la naturaleza. A medida que pasan los minutos, sus colores cambian, como un anillo de humor viviente, revelando sus emociones e intenciones.
Utilizando tácticas de campo ancestrales, como meticulosos recorridos por transectos y encuentros espontáneos, descubrimos varios especímenes más. A cada paso, se registraron cuidadosamente las coordenadas exactas, cartografiando a estas criaturas hasta sus nichos sagrados.
Se documentó el intrincado entorno y se registraron las pautas de comportamiento, mientras que los medidores especiales de UV calibraban los secretos del hábitat más lejano. Al mismo tiempo, nuestro arsenal de objetivos macro de alta definición y cámaras de vídeo 4K inmortalizaron los sofisticados diseños y matices de la anatomía del camaleón. Se captó cada detalle, cada cambio de color, cada parpadeo del ojo, dejando al descubierto el fascinante arte de la evolución.
El misterio del Ruwenzoris: Kinyongia xenorhina
En los terrenos ondulados del Ruwenzoris, cada día se desvela una capa más de los misterios de la naturaleza. No se trata sólo de identificar diversas especies de camaleones, cada una de las cuales posee colores y características únicos, sino de bucear en las intrincadas conexiones que unen el vasto ecosistema de las montañas.
Sin embargo, un crepúsculo trajo consigo un descubrimiento realmente fascinante. Mientras los tonos carmesí del atardecer se mezclaban con el suave resplandor de nuestra hoguera, nuestros ojos captaron la visión de una maravilla en reposo: la Kinyongia xenorhina. Este camaleón de cuernos extraños, haciendo honor a su nombre, ostenta una notable protuberancia que sobresale del pináculo de su hocico. Especialmente pronunciado en los machos, este rasgo distintivo sale en forma de dos placas individuales, que se extienden hacia fuera, para converger perfectamente al final. A su maravilla arquitectónica se añade un cascarón alto y pronunciado, adornado con escamas expansivas en forma de placa.
Esta enigmática especie viste una exquisita paleta de colores que van del oliva al marrón. Los machos suelen ostentar un tinte oliváceo más pronunciado, mientras que las hembras se inclinan por un tono marrón más profundo. Alcanzan una impresionante longitud de hasta 28 cm y ostentan algunos de los «dientes» y garras alargadas más formidables del mundo camaleónico.
Sin embargo, estos seres únicos se enfrentan a desafíos. La mayoría encuentra refugio en el abrazo protector del Parque Nacional de las Montañas Rwenzori. Sin embargo, su santuario no está totalmente libre de amenazas. Incluso dentro de los límites del parque, la deforestación ha invadido sus hábitats. Como era de esperar, la UICN clasifica a esta especie como «Casi Amenazada», lo que nos lleva a reflexionar sobre nuestro papel en la salvaguarda de las muchas maravillas de la naturaleza.
Reflexiones y despedidas
Al descender de las elevadas alturas y a medida que la silueta de las montañas se aleja en la distancia, hay un palpable sentimiento de gratitud. Porque no sólo hemos desvelado algunos de los secretos de estas antiguas tierras altas. Las montañas Ruwenzori, con su rica biodiversidad, nos recuerdan la importancia de la conservación y la investigación ecológica.
Al concluir la expedición, se iniciará el análisis de los datos, con el objetivo de colmar las lagunas existentes en la taxonomía, la ecología y el estado de conservación del camaleón. Cuando el equipo se marcha, hay un reconocimiento colectivo de que las montañas Ruwenzori aún encierran muchos misterios sin resolver. Se hace un llamamiento a futuros exploradores e investigadores para que desentrañen los terrenos inexplorados de esta antigua tierra.
Emmanuel Van Heygen
Diarios de Uganda
Bosque De Kibale
En el corazón del oeste de Uganda, velado entre extensos paisajes, se alza el bosque de Kibale, un bastión de la biodiversidad y la obra maestra más perdurable de la naturaleza. Cada parte de su vasta extensión cuenta historias de tiempo y evolución, entretejidas con los susurros de antiguos espíritus y las canciones de innumerables seres. El lienzo verde de Kibale no se limita a nutrir la vida; es una entidad que respira, evoluciona y hace señas.
Bosque De Maramagambo
En los paisajes en constante evolución de África, Maramagambo se distingue, un exuberante bastión de continuidad en un mundo siempre cambiante. Su nombre, traducido, sugiere un "fin de las palabras", un profundo silencio que sólo puede atribuirse a lugares de inmensa belleza. Esto no es un mero accidente de la lingüística. A medida que uno se adentra en su abrazo, los altísimos árboles, el mosaico de luz solar que asoma entre las hojas y la sinfonía de sus habitantes conspiran para dejarte sin palabras. Milenios han dado forma a este lugar, cada época añadiendo una capa, cada era dejando su huella. El suelo, enriquecido por la descomposición y el renacimiento de innumerables estaciones, cuenta historias del tiempo que ningún libro puede contar. El aire mismo parece espeso de historias, cada brisa susurra secretos antiguos a quienes están dispuestos a escuchar.
En La Frontera Con El Congo
La luz del amanecer, una tierna fusión de vibrantes naranjas y apagados morados, empezó a acariciar el ilimitado paisaje del Parque Nacional de la Reina Isabel. Dirigimos nuestro viaje hacia un santuario menos frecuentado de este parque, el enigmático sector de Ishasha. Aquí, en el borde más meridional, la naturaleza en bruto susurraba historias de antigüedad y maravilla.
La Selva Impenetrable De Bwindi
En el corazón de las enigmáticas tierras altas del suroeste de Uganda, donde la niebla cubre las cumbres como antiguos guardianes, se extiende un vasto y exuberante reino, envuelto en leyendas y maravillas: la Selva Impenetrable de Bwindi. Abarcando una formidable extensión de 331 kilómetros cuadrados, este bosque no es simplemente un denso laberinto de maleza y enredaderas, sino más bien un vibrante tapiz intrincadamente tejido por la naturaleza. Durante siglos, ha sido un observador silencioso, testigo de las historias de la danza de la evolución, las batallas por la supervivencia y la armoniosa sinfonía de las especies que coexisten. Aquí, cada hoja, cada susurro, cuenta historias de épocas pasadas y de la búsqueda incesante del equilibrio y la belleza por parte de la naturaleza.
Pantanos De Bigodi
Bañados por una delicada luz ecuatorial, los pantanos Bigodi de Uganda se alzan como una brillante extensión esmeralda, testimonio del crudo y palpitante corazón de África. Escondido en la parte occidental del país, cerca de las imponentes sombras de las montañas Rwenzori, este santuario de humedales es una cámara de eco de la biodiversidad, un mosaico de vida en todas sus miríadas de formas.
Viaje por el PN Reina Isabel
Al entrar en el Parque Nacional Queen Elizabeth, el paisaje se abrió, revelando un panorama que parecía extenderse hasta la eternidad.